Mantiene NL la tendencia de reducción del peso de la deuda respecto a los Ingresos de Libre Disposición
Al concluir el primer trimestre de este año, el peso de la deuda del Gobierno de Nuevo León respecto a sus Ingresos de Libre Disposición (ILD) fue tres puntos porcentuales menor respecto al cierre del año pasado, de acuerdo con la evaluación hecha por el Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El Secretario de Finanzas y Tesorero General del Estado, Carlos Garza Ibarra, informó que de acuerdo con el reporte enviado por la dependencia federal, el indicador de Deuda Pública y Obligaciones fue equivalente a 110 por ciento de los ILD del Gobierno del Estado, 2.9 puntos porcentuales menos que el cierre del último trimestre de 2019.
Destacó que la presente administración ha conseguido reducir en 30.2 puntos el porcentaje que representa la deuda respecto a sus ILD. Al inicio de la gestión, en 2015, la deuda representaba el 140.2 por ciento de sus ILD, en tanto que al cierre del primer trimestre de 2020 fue equivalente al 110 por ciento de los ILD.
“Lo que nos dicen estas cifras es que el Gobierno de Nuevo León mantiene su capacidad de pago y que no se han elevado los costos financieros y servicio de la deuda, como lo confirma el indicador respectivo”, explicó el Secretario de Finanzas.
En cuanto al Indicador de Obligaciones de Corto Plazo y Pago a Proveedores respecto a los Ingresos Totales, mantiene el nivel sostenible y respalda la capacidad financiera para cumplir las obligaciones con vencimiento menor a 12 meses.
Carlos Garza Ibarra explicó que el resultado de estas mediciones muestran los positivos resultados de las acciones enfocadas a fortalecer la eficiencia recaudatoria del Gobierno, en renglones como
el Impuesto sobre Nóminas y los impuestos a juegos y sorteos con apuestas, a pesar de la desaparición del importante ingreso que significaba la Tenencia Vehicular.
No obstante, advirtió que en el reporte del segundo trimestre del Sistema de Alertas de la SHCP podría presentarse un retroceso en los indicadores por el impacto negativo en los ingresos, a causa de la suspensión de la actividad económica en la entidad y en el país, con motivo de la pandemia de COVID-19.